Federico García Lorca fue un admirador de las Alpujarras. ¡De todas ellas! De la Alpujarra cercana y apacible del entorno de Lanjarón, en cuyo balneario veraneó junto a su familia siempre que pudo desde 1924, y de la Alpujarra más distante y escarpada de Órgiva, Carataunas, Pitres y los asentamientos de la Tahá, que visitó en repetidas ocasiones acompañado de amigos. "En Lanjarón, ¡oh sierra! ¡oh naranjo! ¡oh roca!, renazco a tu amistad", escribió. Con Manuel de Falla recorrió Órgiva y el paraje del Haza del Lino, y en 1928 salieron en busca de un clavecín perdido a otra comarca no menos hermosa, la que abarca Guadix, La Calahorra y Purullena. Federico García Lorca was an admirer of the Alpujarra. Every aspect of it! From the close and peaceful Alpujarra in the surroundings of Lanjarón, in whose spa he spent the summer with his family whenever he could from 1924 onwards, to the more distant and rugged Alpujarra of Órgiva, Carataunas, Pitres and the settlements of la Tahá, which he visited on repeated occasions accompanied aby friends. "In Lanjarón, Oh mountains! Oh orange trees! Oh rocks! I am reborn to
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